Quien llega a Toledo para presenciar la procesión del Corpus Christi, encuentra una ciudad adornada días antes, cuando comienzan los preparativos tanto en las calles como en la propia Catedral. Las calles están cubiertas con los viejos toldos que provienen de los gremios de tejedores y sedas. Los dueños de las casas adornan sus balcones con reposteros, banderas y otros adornos apropiados. Incluso se adornan algunas calles contiguas a las del paso de la procesión, así como los patios de casas particulares, que abren sus puertas a los visitantes, en muchos casos, solo para estas fechas.
Los ciudadanos de Toledo están justificadamente orgullosos de sus celebraciones del Corpus Christi, considerándolas como un momento en el que religión, cultura y tradición se unen de una manera muy especial. Los visitantes también tendrán la oportunidad de participar en una extensa agenda de otros eventos, como conciertos, espectáculos y eventos deportivos.